La tercera entrega de esta saga ha reafirmado mi amor por estos personajes y por estas novelas. Volvemos a tener entre nuestras manos un caso bastante enrevesado, que incluye el asesinato de una periodista que, hace 10 años, destapó un fraude. Sin embargo, aunque esa es la trama «principal», se juntan otras secundarias que acaban adquiriendo casi tanta importancia como esa. Por ejemplo, tenemos el caso de la demencia de Stephen, que acaba pronunciándose más en este libro y que, honestamente, temo que para la siguiente entrega, ya no esté :(. O el romance de Ron, la escritura de Joyce y la nueva paciente de Ibrahim. Ah, y cómo olvidar las intrigas y los rivales de Elisabeth.
Es un libro cargado de mucho humor, momentos tiernos y personajes entrañables, que no puedes evitar amar. Se resuelve luego todo de manera tan ingeniosa y sorprendente, que no puedes evitar quedarte con la boca abierta. Desde luego, yo me muero de ganas por continuar con las historias de estos cuatro ingeniosos y maravillosos protagonistas ❤.