Acabo de terminar el libro y aún me estoy intentando reponer emocionalmente de la historia. Es bellísima, por muy raro que suene utilizar este adjetivo para referirse a una historia ambientada en la Alemania Nazi. Pero sí, es una historia preciosa porque se centra en el amor y en la bondad, en intentar siempre buscar las partes buenas de cada mala situación. Muestra perfectamente el sufrimiento de un montón de personas durante el régimen Nazi, no solo de los judíos y comunistas, sino también de los detractores del sistema y de los que se encontraban dentro, pues, al fin y al cabo, la muerte no distingue entre afiliados o no.

Este libro te hará encariñarte con todos y cada uno de los personajes, pero especialmente de Liesel y Hans, las dos almas más puras del mundo. Hasta la propia muerte, narradora de esta historia, lo dice. Rosa también consigue hacerse un huequito en tu corazón, al igual que Max y Rudy. Eso sí, cuando llegues al final, acabarás llorando lo que no está escrito, porque realmente te destroza emocionalmente. También me parece que preciosa la forma en que la literatura está incluida en la historia, cómo es el amor a las letras y a los libros lo que acaba salvando la vida a más de un personaje. Y es que es esta humanidad innata lo que hace que este libro sea tan bonito.

En cuanto a aspectos más técnicos, me ha parecido muy original que esté narrado desde el punto de vista de la muerte, y que ella nos vaya adelantando pequeños fragmentos de lo que va a ir ocurriendo. También, tiene como pequeños incisos en los que se nos revelan cosas que, o bien no sabe Liesel o bien ella dejó por escrito. Realmente es una historia muy bonita, preciosa, que te hace reflexionar sobre la belleza y maldad del ser humano. Es que es perfecta, no encuentro otro adjetivo para describirla. Es un libro que te va a tocar en lo más profundo de tu ser y, desde luego, no vuelves a ser la misma persona después de haberlo leído.