Poquito a poquito nos vamos acercando al final de la saga, ya que nos estamos adentrando ya en el 5º año en Hogwarts. En esta nueva entrega, nos encontramos a un frustrado, furioso y confuso Harry, que es acusado de mentiroso y de loco por sus compañeros y por toda la opinión pública al afirmar la vuelta de Lord Voldemort. Y para colmo, en un intento de protegerle, es ocultado información por aquellos adultos que se preocupan por él. Pesadillas constantes con una puerta al final de un pasillo oscuro, estrés por los exámenes de mitad de curso (los O.W.Ls, que se parecen a la selectividad jejeje), la corrupción del Ministerio de Magia y el amor adolescente se juntan en esta quinta entrega, creando una explosiva mezcla que resume perfectamente lo que es tener 15 años (quitando eso de ser el Elegido y tener a un mago oscuro intentando matarte, of course).

Estoy un poco sorprendida conmigo misma tras esta relectura, ya que me ha gustado menos de lo que espera. Mind you, me ha encantado el libro, solo que menos de lo que recordaba. Ha habido partes que se me han hecho un poco pesadas, como la narración de los exámenes O.W.L. o la infiltración en el Departamento de los Misterios, con tanta puerta y tantas salas ocultas. Además, UMBRIDGE, nunca he detestado más a un personaje en toda mi vida.

Una vez más, descubrimos más cosas de la familia Weasley, en especial de los gemelos (que en este libro ME HAN ENCANTADO) y de Ginny (por fin podemos ver lo badass que es), pero también de Snape, Sirius y Lupin (que para mí sigue siendo un rayito de luz). Que por cierto, el capítulo 35 me sigue haciendo llorar como la primera vez, por eso creo que siempre ha estado dentro de mis favoritos, porque fue la primera vez que lloré con un libro. Por eso y por LUNA LOVEGOOD