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A review by ilovewongkarwai
The Opposite of Loneliness: Essays and Stories by Marina Keegan
4.0
Le pongo cuatro estrellitas, la verdad, porque está muerta. Y sí, en el prólogo me piden que no la lea ni valore porque está muerta, sino por lo que escribió, pero es que si hago eso sería injusto. Con este libro hay que tomar en cuenta las posibilidades. Varias de las historias de ficción son flojillas y algo meh, pero tres de ellas son brillantes. En serio buenísimas. Lo mismo con los ensayos, hay al menos un par que me emocionaron hasta hacerme soltar lágrimas. Por eso no puedo no pensar que esto es lo único que voy a leer de Marina Keegan. Ya no hay más. Está muerta. Y es tristísimo, porque a los veintidós años tenía mucho que decir, lo decía bien, y tenía unas tremendas ganas de vivir.
Lo terminé sintiendo que mi juventud es algo que debería estar aprovechando, pero sin ese sermón onda mis papás o maestros tipo "deberías pensar en el futuro", "ya deberías tener un trabajo estable" y cosas así, es solo una sensación en el estómago y las piernas, una voz que te dice casi susurrando que tienes que salir y caminar; que hay mucho que ver y mucho que hacer. Ver todo lo que pueda, escribir todo lo que pueda, aunque sea malo, aunque nunca se publique en un libro o el New Yorker. Vivir porque, aunque es obvio, a veces olvidamos que nos vamos a morir.
Lo terminé sintiendo que mi juventud es algo que debería estar aprovechando, pero sin ese sermón onda mis papás o maestros tipo "deberías pensar en el futuro", "ya deberías tener un trabajo estable" y cosas así, es solo una sensación en el estómago y las piernas, una voz que te dice casi susurrando que tienes que salir y caminar; que hay mucho que ver y mucho que hacer. Ver todo lo que pueda, escribir todo lo que pueda, aunque sea malo, aunque nunca se publique en un libro o el New Yorker. Vivir porque, aunque es obvio, a veces olvidamos que nos vamos a morir.