¡Qué libro más divertido!
Frenemies nos cuenta la historia de una mujer artista que vive con su abuela y que trabaja en la tienda de arte de su familia. Durante la universidad, estuvo con un follamigo del que estaba secretamente enamorada, pero nunca formalizaron su relación ni dieron un paso más allá. Lo único que hacían era tener sexo y gastarse bromas el uno al otro. Él prometió llamarla al graduarse, pero nunca lo hizo. Así que Immy le guarda cierto rencor.
Entonces alguien se muda a la casa de al lado y no es otro que Mason, el desgraciado en cuestión, divorciado y con una niña de tres años. Immy se la tiene jurada y no piensa ni darle la hora. Qué mal que la loca de su abuela, una señora aficionada a las novelas BDSM y sin filtros, haya decidido que la monja de su nieta tiene que acabar con el guapísimo vecino.
Pronto caerán en sus viejos hábitos de hacerle la vida imposible al otro, y los dos se resistirán hasta la muerte por no caer en la atracción y en ese algo más que todavía parecen sentir el uno por el otro.

Os juro que me he reído y he disfrutado lo que no está escrito con esta novela. Los dos son personajes muy carismáticos y divertidos. La relación entre ellos dos fluye sin esfuerzo. La niña es una ricura impresionante. Y su abuela y sus locas amigas le dan todavía más chispa a esta maravilla. ¡Recomendadísima sin dudarlo!