Si bien Chain Of Gold parecía prometedor, terminó con un final cargado de subtramas y problemas que indicaban encontrar un desenlace en Chain Of Iron. Lamentablemente eso no pasó. En este libro nos encontramos con un inicio lento y pesado que no toma carrera hasta la mitad de la historia, habiéndonos arrastrado por puntos de vista de diferentes personajes que, en mi opinión, fueron totalmente innecesarios. Cassandra pudo haber desarrollado una novela increíble profundizando en la fantasía que nos presentó en el primer libro, pero acabó enrollándonos en un melodrama superfluo. De hecho, creo que desdibujó bastante la personalidad de algunos de esos personajes que se vieron entrometidos en las desventuras porque mucho de lo ocurrido desencaja con algo que realmente hubieran hecho los personajes en su más puro estado.
Para mi, el cincuenta por ciento de esa historia fue fan service. Y, hablando mal y pronto, escrita sin intención de explotar el potencial inicial que había logrado creando personajes tan reales como cualquiera de sus lectores, con sus virtudes y defectos. Al final de cuentas, perdemos el hilo de la fantasía que albergó tales ganas de leer la segunda parte de The Last Hours porque se vio disuelta en problemas que estuvieron demás. Si quería escribir una novela melodramática, lo hubiera hecho sin interferir con la fantasía que utiliza como zona de confort, porque terminó arruinando una novela que pudo haber remontado notoriamente.
Aunque, para ser honesta, me imaginé que esto podría llegar a pasar porque el final de Chain Of Gold, no fue algo que se pudiera utilizar para escribir una excelente segunda parte.
La tragedia romántica, malos entendidos, actitudes dañinas, personajes con giros inesperados que no coinciden con su esencia y desarrollos llevados a cabo en menos de dos capítulos, es lo que tiñe la decepción que me generó Chain Of Iron.