Nos estamos acercando ya al final de la saga Blackwater y me cuesta decir adiós. Estos libros son adictivos, de verdad, y en menos de 24 horas, me terminé la quinta entrega.

En esta ocasión, se lidia con la fortuna de los Caskey, que tras emplear a Billy como su contable, se dan cuenta de todo el patrimonio que poseen y se dedican a invertirlo en diferentes negocios que hacen que triplique su dinero. No obstante, también lidiamos con otros cambios más sustanciales: Sister se vuelve cada vez más como su madre, Miriam decide hacer un hueco más grande en su corazón para Elinor y Frances acepta los cambios por los que pasó en el libro anterior. Los personajes, la clave de todos estos libros, van cada vez un paso más lejos en su desarrollo. Ahora que solo queda la entrega final, no puedo esperar a que se resuelvan todos aquellos elementos de suspense que aparecen desde el principio, para conocer mejor Perdido y a sus habitantes.