3.75/5

Creo que se trata de la búsqueda de la vida donde ya no la hay y de la lucha contra la soledad que acarrea la eternidad. Louis intenta quitarse ese manto pesado de la soledad aferrándose al amor, el último signo de la vida mortal que parece intacto en una nueva realidad donde la ley es la muerte indiferente.
Louis se niega y rechaza a sí mismo, se detesta por deber atentar contra lo más preciado de la vida mortal -a la que aún busca retornar-: la vida en sí misma. Consumiendo vida humana es la única forma en la que podría seguir buscando aquello a lo que tanto se aferraba mientras intentaba contestar a las interminables preguntas que lo abrumaban.
A pesar de pensar tanto, al no aceptar su nueva naturaleza no logra igualar su visión de la vida de vampiro a comparación de Claudia, Lestat o Armand que sí aceptan la muerte como parte de su día a día invirtiendo la moralidad mortal que algún día los acompañó (a excepción de Claudia que fue criada como vampira).