El segundo libro de la saga de Cormoran Strike continúa unos meses después de que Strike resolviera el caso de Lula Landry, ganándose un poco de fama, que le ha ayudado a reflotar el negocio. Sus principales clientes son hombres de negocios ricos que buscan confirmar sus sospechas sobre las infidelidades de sus mujeres, y, a pesar de que no son el tipo de clientes favorito del detective, al menos son generosos a la hora de pagar. Todo cambia con Strike es visitado por Leonora Quine, la mujer de un escritor más o menos famoso, preocupada por la desaparición del mismo. A pesar de la inestabilidad económica de su cliente, Strike decide aceptar el caso y, junto con la ayuda de su secretaria Robin, comienza la investigación. Unas semanas después, Cormoran cumple con su encargo: ha encontrado al escritor Owen Quine, el problema es que sin vida. Con el último libro del autor, altamente difamatorio, rondando por las editoriales de Londres y una larga lista de enemigos, ¿quién habrá cometido el asesinato?

No puedo describir este libro con otra palabra que no sea MARAVILLOSO. Hay un plot twist en cada esquina, y, cuando crees que has adivinado quién es el asesino y empiezas a comprender todo, ZASCA, otro plot twist. Te tiene todo el rato en el borde del asiento, deseando saber qué va a pasar después. También me ha encantado el hecho de que se den muchos más detalles de la vida de Strike y Robin, permitiéndote conectar más con los personajes. Bien es cierto que la trama de Strike y su exnovia se me hizo un poco pesada en ciertos momentos, pero aun así he disfrutado mucho descubriendo más a estos increíbles personajes.

Y bueno, el crimen en sí es impresionante. En serio, si os gusta la novela negra, ¿qué estáis haciendo que no estáis leyendo ya esta maravillosa saga?