Empecé el libro sabiendo poco y nada de la historia y casi sin espectativas. Me sorprendió enormemente sentirme tan identificada con algunas actitudes de los personajes y ver que la construcción de ellos es bastante realista, casi sin manchas de estereotipos.
Siento que leí Radio Silence en un momento acertado, cuando todavía tengo los cordones de las zapatillas en la etapa narrada en la novela.
No es sencillo ni común encontrar un libro cuyos protagonistas de entre 17 y 19 años no están enfrascados en la fantasía, sino en estudios, trabajo, familia, amistades y todo lo que conlleva dejar el colegio y enfrentarnos poco a poco al mundo adulto.
Es una historia hermosa, muy muy linda, que me dejó gustito a noche de verano donde me reencuentro con la vitalidad que te regala haber leído un buen libro.