Después de unos seis meses tras leer la primera parte de esta trilogía, por fin me he puesto manos a la obra con la segunda entrega. Me costó meterme un poco en la historia, más que nada porque se hablan de secretos y revelaciones que se hicieron en el libro anterior y yo no los recordaba bien, but fear not, porque se vuelven a tratar (y resolver) en esta segunda entrega para las personas despistadas como yo jejeje. Además, la pluma de Rosa Ribas es ágil y entretenida, hace que se te pasen las hojas volando.

En Los buenos hijos se muestra más esa disfuncionalidad familiar, en la que todos quieren seguir adelante y aparentar ser más maduros, pero siguen enredados en sus secretos, reproches y barreras como para poder ser sinceros y comunicarse. Me mantengo con lo dicho anteriormente: Mateo quiere acercarse a su familia, pero lo único que hace es alejarlos. Y Lola tres cuartos de lo mismo. No obstante, vemos más crecimiento en los personajes, puesto que ahora tenemos la perspectiva de la hija pródiga, de Nora, y de los demonios contra los que tiene que luchar, como ella es el cambio que intenta impulsar a la familia hacia delante, with varying degrees of success. Repito, estos libros son más de personajes que de tramas, puesto que los casos que resuelven los detectives se quedan en segundo plano, aunque uno cobra mucho protagonismo en este entrega que cambia por completo el rumbo de la novela y la dinámica familiar. Sigo pensando en ese plot-twist y ahora tengo ganas de ver cómo continúa la siguiente entrega, pero me da que toca esperar.