Pedazo de thriller que me he metido entre pecho y espalda... Se me ha hecho tan sumamente diferente de la trilogía del Inspector Salgado de este mismo autor que apenas me puedo creer que hayan sido escritos por la misma persona. Sí que es cierto que las novelas comparten ese uso del cambio de narrador por capítulo, pero el uso que tiene aquí me parece maravilloso: desde el primer momento, sabemos quién es el Verdugo, tenemos su punto de vista bien explícito y su identidad más que revelada. Sin embargo, lejos de quitar tensión, la añade, pues sientes que estás en una carrera contrarreloj para que le atrapen y, precisamente, esos cambios de perspectiva son los que permiten conocer cómo va la investigación, conocer mejor a los personajes y desentrañar una trama con muchísimas capas y que va más allá de lo que parece a primera vista. Toni Hill consigue crear un thriller enrevesado, adictivo y ligero de leer, donde las páginas se pasan solas y lo único que quieres es enterarte de cómo van a terminar los personajes (sin duda, el punto más fuerte de toda la novela).

Y es que, aquí no solo vamos a encontrar un caso, muertes y reflexiones profundas sobre la vida, sino que se tratan diversidad de temas bastante diversos, como el COVID (sigo flipando que aparezca en novelas y que sea un hecho canónico de nuestra historia reciente), la sexualidad, la salud mental, la corrupción, el amor y la infancia. Me gusta que haya diversidad en los personajes, que retrate una sociedad moderna, con gente racializada y de diferentes orientaciones sexuales sin darle a ello todo el peso de la novela. Porque ese peso ya lo lleva el crimen y su ejecutor y las diferentes historias que lo rodean. Además, tiene unos plot twists por el final maravillosos que, a mí, me dejaron con la boca abierta en la consulta del médico. Sin duda, es un thriller muy original, no solo por su estructura y construcción, sino también por el propio método de ejecución que usa el asesino. Tenemos misterio sobre misterio y, entre medias, personajes complejos y diálogos bien construidos. Todo un acierto, la verdad. ¡Cómo me alegro de haberme animado a leerlo! 🥰